¿Qué pasó con Junior?: otro semestre con las manos vacías
Como terminaron Juan Cruz Real, Miguel Ángel Borja y Sebastián Viera, entre otros.
Otra vez Junior se va a esperar el próximo torneo con poco que celebrar y mucho para analizar. Como ha sido costumbre en los últimos tres años, el semestre acabó con pocas satisfacciones para su hinchada y con los cuestionamientos de rigor para el entrenador y los principales referentes del equipo.
Son cinco meses los que el argentino Juan Cruz Real lleva al frente del equipo. Algo muy repetido por él mismo, en cada rueda de prensa. Es un mantra que utiliza como explicación -y también como justificación- para cuando las cosas no le salen en algún partido.
Siempre pide paciencia. Y eso es lo que no hay en Junior.
En fin, sea como fuere Cruz Real carga con la pesada mochila de la demoledora eliminación en la Copa Sudamericana en un partido que quedará en la memoria de los hinchas como una de las grandes humillaciones en la historia del equipo.
Pero al mismo tiempo, en alrededor de 20 días, en medio de tropezones, se las arregló para mantenerse vivo hasta el último día. E incluso, llegó a estar metido virtualmente en la final, hasta que atacaron los fantasmas de siempre y le voltearon el partido.
Cruz Real parece haber convencido a la mayoría de que con continuidad podría lograr mejores cosas en el equipo. Pero habrá cosas que tendrá que mejorar para su nómina, desde la composición, hasta el nivel de sus referentes.
Los barranquilleros están en mora de comenzar a buscar un reemplazo para el veterano capitán Sebastián Viera. El uruguayo ya no es el mismo de antes. Eso se nota. Incluso, estuvo comprometido en algunas situaciones.
Ya es momento de pensar en un joven de proyección que pueda ocupar el sitio que por once años ha tenido el cancerbero charrúa.
En defensa deben llenar los cupos de los jugadores que no van a estar, entre las lesiones y las salidas a otros clubes. El equipo terminó dependiente de Dany Rosero, tal vez el mejor del equipo en este semestre. Jorge Arias tampoco es prenda de seguridad.
Además, el papel de los laterales fue irregular y los muchos fallos de Gabriel Fuentes, Edwin Velasco, Walmer Pacheco, Fabián Viáfara y Nilson Castrillón no permiten sostener un sólido 4 de fondo. Tanto es así, que, entre lesiones, suspensiones y bajones de nivel, todos ellos tuvieron minutos en los cuadrangulares.
En los volantes algunos empezaron fuertes como Yesus Cabrera, otros prometieron como Daniel Giraldo, pero al final el nivel fue irregular. Faltó contundencia. Jugadores como Didier Moreno no terminaron de explotar y Luis ‘Cariaco’ González’ no pudo mostrar un verdadero gran nivel. El de mejor cierre fue Freddy Hinestroza.
Para rescatar la promoción de Carlos Esparragoza, jugador que llegó para quedarse en el equipo y que en los próximos años promete dar un buen aporte al equipo.
En el frente de ataque, las principales cartas, Miguel Ángel Borja y Fernando Uribe, quedaron en deuda. Una grande deuda.
Borja falló goles increíbles a lo largo de la campaña. El problema con él no fueron los goles que marcó, sino los muchos que erró. Incluido un penal contra Unión de Santa Fe, que pudo cambiar la historia.
Luego de eso, a pesar de los 16 goles que hizo en el semestre, 10 de ellos por la Liga Colombiana, muchos le reprochan una cierta falta de entrega que se le vio reflejada en apartes de los partidos. Los problemas físicos también lo visitaron. Terminó disminuido y desdibujado. Se le nota pesado. Sin el deseo inicial de buscar la pelota y rescatarla para meter goles.
Hay quien dice que lo que le pegó a Borja fue que no tuvo competencia, que está en su zona de confort.
Puede ser, es que Uribe no hizo realmente nada para meterle presión, entre las muchas lesiones que tuvo y que lo dejaron por fuera en casi todos los partidos claves del semestre. Apenas y convirtió 4 goles.
Este rendimiento disparejo y cuestionable por parte de las dos puntas estelares del equipo se hicieron sentir en un equipo cuya falta de eficacia fue su marca personal a lo largo del semestre.
No queda sino ver que se puede hacer de cara al segundo semestre. La Copa Colombia y la esquiva décima estrella son las esperanzas del equipo. Cosa que podría saber a poco luego del descalabro internacional.
No queda de otra, sino seguir buscando la revancha que no llega desde hace tres años, cuando ganó la última estrella.